Viviendo En El Presente (Spanish Translation)

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Capítulo 12: Atención Plena De La Respiración

Cuando se cultiva y se desarrolla la atención plena de la respiración es fructífero y de gran provecho. Cuando se cultiva y se desarrolla la atención plena de la meditación se realizan los cuatro fundamentos de la atención plena. Cuando se cultivan y desarrollan los cuatro fundamentos de la atención plena se realizan los siete factores de la iluminación. Cuando se cultivan y desarrollan los siete factores de la iluminación se llega al conocimiento verdadero y a la liberación.

Majjhima Nikaya 118.15

La meditación de la atención plena casi siempre empieza con un enfoque mental en la respiración. De hecho, la respiración es la base para muchas formas de meditación Budista. Mi maestro Zen en el Japón decía que la práctica de la atención plena de la respiración podría por sí sola ayudar al practicante a alcanzar la iluminación.

En las grandes religiones mundiales hay un sinnúmero de técnicas para la meditación basada en la respiración. Muchos de ellos recomiendan diferentes cambios intencionales en nuestro respirar: respirar largo y profundo; poner hincapié en la exhalación en vez de la inhalación; respirar rápido o despacio; respirar a través de la boca o de la nariz; pausar intencionalmente cada vez que respiramos; o dirigir la respiración a diferentes partes del cuerpo. En la práctica Budista no intentamos cambiar nuestra respiración. Más bien estamos atentos a la respiración tal como es, conociéndola sin importarnos su forma de ser: profunda o ligera, rápida o lenta, suave o forzada burda o refinada, tensa o relajada. En cuanto a la práctica se refiere no hay requisito para una respiración ideal. Si imponemos un patrón rígido a nuestra respiración podríamos perder la oportunidad de captar como nuestros patrones físicos, emocionales y espirituales se manifiestan a través de la respiración en su estado natural.

Debido que la mente tiene la tendencia a distraerse y a disiparse con los pensamientos y las fantasías, utilizamos la respiración como base para anclarnos en el presente. Cuando repetidamente enfocamos nuestra mente en la respiración contrarrestamos las fuerzas potentes de la distracción. Este ejercicio entrena la mente, el corazón, y el cuerpo a estabilizarse y a unificarse en una sola cosa, en un sólo lugar, y en un sólo tiempo. Si estás sentado meditando y a la vez estás pensando en lo que te pasó en tu trabajo hoy en día entonces tu cuerpo y tu mente no están en el mismo lugar ni en el mismo tiempo a la vez. Cuando estamos fragmentados de esa manera perdemos el sentido integral de lo que somos.

La atención plena de la respiración puede ser un poderoso aliado en nuestras vidas. Con una consciencia ecuánime en nuestra inhalación y exhalación, la respiración puede convertirse en algo constante y ecuánime que nos protege de los sube y bajas de la vida cotidiana. Al relajarnos y deleitarnos en el ritmo de la respiración es menos probable que nos dejemos enredar en eventos emocionales o psicológicos. Regresar a la respiración repetidamente sirve de entrenamiento muy efectivo para liberarnos de los patrones de identificación y apego que congelan la mente y el corazón.

Ya que nuestra respiración no es independiente de nuestra vida mental, y emocional, usualmente nuestros sentimientos, actitudes y preocupaciones se expresan en la manera en que respiramos. Los patrones de la respiración cambian según varían nuestras emociones. Cuando sentimos temor y tristeza nuestra respiración se constriñe. Con la ira la respiración puede ser pesada y forzada. Cuando tenemos paz y tranquilidad la respiración se relaja y fluye con facilidad. La raíz etimológica de la palabra “ansioso” es “ahorcar” y ahorcar o restringir es precisamente lo que hacemos con nuestra respiración cuando queremos controlar o reprimir excitación o estados de ánimo intensos. Recuerda que en la práctica de la atención plena simplemente nos fijamos en lo que está pasando sin emitir juicios sobre cómo debería ser nuestra respiración, el mundo, o nuestra vida interna.

Sin embargo, la atención, al igual que otros estados mentales, tiene su propia manera de afectar la respiración, a veces haciéndola más lenta y calmada, y a veces liberándola de nuestra contención. Si nos acordamos de estar conscientes de la respiración podemos lidiar más tranquilamente con situaciones difíciles. Esto es porque la atención en sí misma es útil bajo cualquier circunstancia, y porque el dirigir la atención a la respiración previene la rigidez tanto en nuestra respiración como en nuestras vidas.